Los mexicanos Vaca 35 Teatro en Grupo se multiplican triplemente por 3: Tres obras, tres espacios y tres semanas. Después de estrenar espectáculo en la Fira Tàrrega, la compañía continúa su trayectoria en Catalunya con tres propuestas muy distintas que sin embargo conservan la esencia de la compañía.
“Es la primera vez que hacemos tres obras en una ciudad al mismo tiempo. Dialogamos bien con Catalunya”, afirma el director de la compañía Damián Cervantes. Y añade que “México es un país complicado. Es cierto que nos está apoyando pero no ha cogido del todo nuestro teatro.” Por el contrario, parece que en nuestro país la compañía está teniendo un muy buen recorrido, y prueba de ello es el ciclo que ahora presenta formado por las siguientes obras.
Lo único que necesita una gran actriz es una gran obra y las ganas de triunfar.
Este largo título es el que encierra uno de los montajes más queridos por la compañía. Basado en Las Criadas de Jean Genet, el montaje ganó recientemente el laurel dorado en el festival de teatro de Sarajevo. En Catalunya, la obra ya había pasado por la Fira Tàrrega y se representó durante tres semanas en la sala Atrium. Ahora vuelve al Off de La Villarroel, en un espacio tan pequeño como único. Para él se ha rehabilitado un hombro -parte lateral de las gradas- del antiguo escenario del teatro, un espacio diminuto en el que las dos actrices Diana Magallón y Mari Camen Ruiz interpretarán su historia a escasos centímetros de 21 espectadores.
Cuando todos pensábamos que habíamos desaparecido.
Estrenada en la última edición de la Fira Tàrrega, la coproducción junto a la Nau Ivanow, Iberescena y México en Escena es innovadora en muchos sentidos. Sin contar una historia concreta, la obra transcurre mientras 5 actores -dos de ellos catalanes- cocinan a tiempo real 5 platos escogidos por ellos que finalmente invitan a compartir con el público. Para el director, este proceso tiene un grado importante de dificultad: “El tiempo de la cocina no es el tiempo del teatro, y hacerlo coincidir es una cosa compleja”, afirma. El resultado es un montaje más espiritual –y no por ello menos festivo o reflexivo- que narrativo. “Al público se le invita a un ritual colectivo”, apunta Cervantes.
Se parte aquí de la tradición mexicana de convertir la muerte en una fiesta en favor de los vivos. En ese país, el 2 de noviembre se celebra el día de los difuntos con música, comida y festejo en los cementerios. “México no aparta la muerte, la integra. Se comenta, se habla, se ríe, se supera… “, explica el actor catalán Jorge Yammam-Serrano. En esa línea, Cervantes afirma que la obra “tiene algo ecléctico”. El espectáculo se convierte por tanto en una celebración con música creada e interpretada en directo por Diego Paqué.
Mientras cocinan, los actores explican su vinculación personal con los platos y reflexionan sobre el recuerdo de los muertos y al choque entre las culturas española y mexicana. Para Cervantes, “es un cruce entre México y España, es un cruce entre nuestra construcción social y es un cruce en nuestra forma de ver la vida y la muerte. ¿En base a qué? A la comida.” Para Yammam-Serrano, la obra va “de choque cultural”, en el sentido positivo del término. “Yo creo que el teatro es algo violento, y hay choque, tiene que haber choque” afirma. La directora de La Villarroel Tania Brenlle lo define como “una catarsis entre los actores y los espectadores”.
La otra gran característica de la obra es la hora en la que será representada. Invitándonos a comer, la función se representará en una hora nada usual: sábados y domingos a las 12.30 del mediodía. “La noche nos llevaba hacia lo lúgubre y nosotros queríamos ir hacia lo luminoso” dice Cervantes. No es la primera vez que se hace una función para adultos en esta hora. En La Villarroel, “la temporada pasada tuvimos un monólogo de Daniel Veronese interpretado por Mireia Gubianas titulado ‘Adela’. Y en otros lugares se hace. En ‘La pensión de las pulgas’ de Madrid se hacen funciones al mediodía”, explica Brenlle.
Ese recuerdo ya nadie te lo puede quitar.
Si Lo único que necesita una gran actriz… parte de Las Criadas, esta es una versión particular de las Tres Hermanas de Chejov. En este caso, se cuenta la historia de 5 actores en un espacio de ensayo que no pueden llevar a cabo la obra que quieren hacer. “Son exploraciones similares pero la esencia básica las lleva a ser diferentes”, explica Cervantes.
Nacido en horas bajas de la compañía, el proyecto estuvo el año pasado en el festival Fringe de Madrid, y ahora llega a la Nau Ivanow los viernes y los sábados por la noche. De hecho, la compañía empezó su colaboración con la sala hace un año, y lleva 6 meses ensayando allí. “Nosotros somos un mueble más de la Nau Ivanow”, bromea Cervantes, “Hemos estado muchas veces”. La actriz Diana Magallón se muestra muy satisfecha con ello: “En la Nau trabajar es delicioso, porque te dan el tiempo y el espacio que quieras”, afirma. Después de la capital catalana, el montaje ya tiene pactados bolos en Murcia y en el Matadero de Madrid.
Tres estilos, una misma compañía.
Todos los montajes de la compañía parten de unas mismas premisas. Por ejemplo, todas las historias están realizados a partir de un proceso de investigación y creación colectivo. Además, el foco de sus obras reside en las interpretaciones. “Tenemos una afinidad por un teatro como artesanal, en el que se prescinde de prácticamente todo, excepto lo esencial: la gente que está allí”, dice Cervantes. Para el director, lo importante es el contenido más que la forma. “No tratamos de hacer grandes eventos si se puede explicar una historia”, dice.
Sin embargo, cada espectáculo tiene sus características propias, siendo el más heterogéneo Cuando todos pensábamos… A diferencia de este, los otros sí que cuentan una historia concreta y tienen una atmosfera menos esperanzadora. “Esas sí llevan a una reflexión un poco más oscura, más trágica, más cruda, de qué sociedad nos hacemos. ‘Cuando todos pensábamos…’, sí habla de eso, pero busca acabar con una celebración: estamos aquí, estamos vivos, podemos compartir“. Cada espectáculo es diferente y puede atraer a un mismo público o a espectadores diferentes. “Es como un ciclo de degustación, hay para todos los gustos”, dice el director de la compañía.