Este magnífico espectáculo visual lleva al espectador hacia el infinito potencial de expresión y de belleza que contiene un cuerpo humano; multiplicándose al poner en conjunción el cuerpo masculino y femenino en un espacio común.
Todo comienza con la coreografía que da título a todo – “On Before”-, donde nos encontramos con los generadores que hacen girar las piezas: Carlos Acosta vestido de negro y Zenaida Yanowsky vestida de blanco. Un ciclorama al fondo simulando un cristal donde inciden las gotas de lluvia y unas calles bien iluminadas, que dan a todo el conjunto un marco propicio, gracias al diseño de luces hecho por Chris Davey. Hay un texto en off, un mensaje para ti y para mí donde acaba ella como un ave que va a alzar el vuelo, sobre las rodillas de él, mirando a una luz que les ilumina desde el cielo (muy evocador).
Salen todos los cantantes del Coro de Cámara Mateo Guerra, (vestidos de negro) que transitan por el escenario, hasta que suena un trueno y desaparecen.
Sigue “Memoria”, una danza expresionista con movimientos marciales, puntos fijos en el aire, gestos robotizados, sonidos de choque de palmas. Un dominio absoluto y una limpieza descomunal en el trabajo en solitario de Carlos.
La unión con la siguiente pieza (“Sirin”) es muy limpia y justificada. Entra Zenaida y él tira de ella (de manera figurada) y la sopla haciendo que se mueva y tiemble como una hoja, quedándose finalmente sola. Esta mujer tiene una forma de mover las manos y los brazos que hipnotiza al espectador.
En “Two” tenemos otro solo de Acosta. Tiene todo el torso al desnudo y los pantis sólo le cubren hasta mitad de los gemelos. Este mínimo atuendo hace que su cuerpo luzca ante el diseño lumínico fabuloso de Michael Hulls. Está entre luces y sombras. Hace movimientos extremadamente lentos para pasar a ser veloz como el aire; dibuja, en el espacio, como si del mismo Hombre de Vitruvio de Da Vinci en acción tratase.
Tras el descanso vuelven con la aclamada coreografía “Footnote to Ashton”, con el ‘Delirio amoroso’ de Händel como hilo conductor. La escena es digna de ver, repleta de velas por el suelo. Yanowsky, con un camisón negro, se desplaza con tristeza por el espacio, parando ante el peligro de las velas encendidas; todos sus movimientos están cargados de emoción. De pronto cae un telón de gasa negro sobre el proscenio y entra Carlos, que comienza a pelear con ella en una danza cargada de la tensión animal entre una pareja. Da comienzo “Falling deep inside”, una proyección de arte digital creada por Anna Boberg, Roy Filani y Shaun O’Connor; los protagonistas son la pareja de bailarines. Un película a cámara lenta donde se ven los músculos que accionan cuando se produce un movimiento: manos contra el agua, saltos, respiraciones, bofetones, agua que se despega del rostro, pies que chocan contra el piso, abrazo de cuerpos desnudos,… El esquema ‘amor – odio’ que se puede llegar a dar entre dos seres humanos que comparten vida.
“Sight unseen” es una dulce pieza de encuentros y desencuentros entre ambos, (con una iluminación envolvente de azules) hasta un final en el que se funden en un abrazo dancístico.
“Hand Duets” y “O Magnum Mysterium” son creaciones de Acosta. La primera es una danza entre ambos, en la que están cada uno en un foco diferenciado y alejado de la escena -que puede hacer referencia a la falta de comunicación que tenemos entre los humanos, pese a estar bajo el mismo techo-. Y la última es una historia íntima sobre la muerte y sus misterios; la energía duradera que dejan tras de sí los muertos entre los vivos. En esta pieza final, el Coro de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (que ha sido nexo de unión entre las distintas partes de todo este On Before), deleita al público con su canto y perfecta armonía bajo la batuta de su director Luis García Santana.
Desde MasTeatro queremos agradecer a estos artistazos que son Acosta y Yanowsky, su humildad, su destreza y su belleza física en movimiento puestas al servicio de esta obra, que es una muestra de valentía por parte de ambos bailarines.