La escenografía, la luz y el sonido son complementos muy importantes en cualquier montaje y tienen el poder de ponerle el broche de oro o de destruirlo. Y por eso hay que tener mucho cuidado con su uso, pues tienen que jugar a favor del texto sin perder la harmonía con el resto de elementos.
En el décimo montaje de la cia. Teatrebrick se ha dado mucha importancia a la puesta en escena postapocalíptica: las armaduras son aquí prendas y complementos con apariencia de reciclados y los cascos, máscaras de gas o gorros de aviadores. El círculo de arena rodeado por ventiladores y las gradas del fondo donde se lleva a cabo determinadas acciones vienen acompañados por juegos de luces y elementos de atrezzo muy potentes. Un bosque de espectáculo lleno de efectos… pero que no deja brillar los árboles.
El texto se queda pues diluido entre acciones de relleno – el constante quita y pon de armadura por ejemplo-, luces que dejan diálogos a oscuras, extras que tapan a los personajes principales y un dispendio de técnicas que aparecen y desaparecen y se repiten sin aportar demasiado. La primera vez que se usan los ventiladores quedamos prendados del mecanismo. A la cuarta, ya nos los esperamos.
Entre los actores falta química. Se nota que hay más trabajo de movimiento que de sentimiento. Los monólogos del matrimonio protagonista son recitados con una falta importante de emoción. Y tan solo las tres jóvenes brujas, Neus Fernández, Mireia Pairó y Paula Vilagran, inquietantes en su tono, mirada, coordinación y voz, sorprenden.
El trabajo de la compañía podría recordar ligeramente al tipo de puesta en escena de otros grupos jóvenes como Els Pirates o Projecte Ingenu, pero les falta concreción en el mensaje y calidad interpretativa. De momento, lo que vemos es algo más parecido a un proyecto amateur con una preocupación mayor a la habitual por la puesta en escena. Una lástima.
Macbeth de William Shakespeare
Cia. Teatrebrick
Dirigido y adaptado por Joan Gómez
Interpretado por Rafel Ferre, Íngrid Calpe, Tere Solà, Salvador Duran, Llum Valle, Jaume Vicens, Eduard Serra, Neus Fernández, Mireia Pairó y Paula Vilagran.
Hasta el 11 de febrero en La Seca – Espai Brossa