En medio del ambiente carnavalesco de la capital gran canaria, se abre un espacio para viajar a través del funk rock y del acid jazz al Londres de fines del siglo pasado. El Teatro Guiniguada, es el espacio elegido por esta banda para hacer su tributo al grupo inglés Jamiroquai.
La formación de artistas unidos para esta ocasión está compuesta por cuatro miembros de un grupo local llamado ‘Ni Funk Ni Fank’ y cuatro externos. Haciendo las voces de Jason “Jay” Kay y coros tenemos a Miriam Fleitas, Esther Suárez y Cristina James; Ruyman Franco al bajo; Rayco Gil a la percusión; Luis Merino a la guitarra; José Llobet a la batería; y Manuel López a los teclados.
Este concierto va de la mano de La Loles Producciones, que ha elegido muy bien la puesta en escena. En un ciclorama se proyectan imágenes muy apropiadas para cada tema, en general muy psicodélicas, y al final se les hace un homenaje a los músicos presentándolos en diapositivas. Sobre un entarimado están situados -de izquierda a derecha- la percusión, batería y teclados. También han tratado de mantener el look del grupo británico con ropa deportiva para las cantantes, una de ellas con una corona de plumas – simulando a la que ha lucido Jay en sus directos-.
De los más de veinte años de este grupo de impro musical se han escogido muy bien los temas. Desde “Canned heat” ya el público comienza a animarse, a ponerse en pie y a bailar. La primera gran oleada de energía brutal llega de la mano de “Cosmic Girl”, público disfrutando mucho con el feeling de Miriam (sorprende el parecido de su voz a la del líder de Jamiroquai y su facilidad para el scat. Parece que lleve el funk en su cuerpo). Los espectadores vivieron mucho también “Travelling without moving” con el bajo prodigioso de Ruyman, “Corner of the Earth” (donde Rayco Gil se luce a la percusión) y con “All right” se pusieron en pie desde la primera nota del bajista. También cabe destacar la onda jazzística marcada por Luis Merino a la guitarra y a Ruyman Franco, que sin duda, fue el instrumentista que más brilló y se pudo lucir.
Concierto dinámico y divertido, donde las cantantes transmitieron mucha energía al público, animándole a bailar con ellas. La lástima fue que la acústica del lugar era muy mala. Incluso estando la batería custodiada por una mampara de metacrilato (que vestía mucho el escenario), no ayudó nada a escuchar la percusión y también las voces se perdían por momentos.