Llegamos a Fira Tàrrega 2016. Se acaba el verano, empieza a refrescar y llega el momento que todo teatrero está esperando: se inaugura una nueva temporada. Y para empezar, nada de ir aumentando el ritmo progresivamente. El segundo fin de semana de setiembre ya tiene lugar uno de los encuentros más esperados que constituye para los aficionados un auténtico maratón de artes escénicas: La Fira Tàrrega. Una aventura llena de danza, circo, teatro y música, en la calle y en espacios cerrados, de día y de noche, de compañías nacionales e internacionales… Y es que este año, entre el 8 y el 11 de setiembre, no han faltado un total de 57 compañías y casi 400 artistas de todo el mundo que han adquirido más de 14.000 entradas.
Desde Masteatro sólo pudimos asistir a la Fira el día 11, en el que acudimos a un total de 4 espectáculos:
El hijo que quiero tener (El fill que vull tindre)
Lo que se explora en este tierno montaje de los valencianos El pont flotant es la idea de paternidad, no solamente desde el punto de vista de los progenitores, sino también desde la perspectiva de lo que implica ser hijo. La pieza se basa en diferentes escenas independientes ligadas perfectamente a través de coreografías e imágenes de gran belleza visual. Es de alabar como, con apenas unos pocos elementos de atrezzo y una iluminación sencilla, el espectáculo toca al público con una increíble potencia emotiva mezclada con un punto humorístico. Es una obra de momentos, de imágenes, de fotografías preciosas. El magnífico trabajo de los tres actores se combina con la participación de un grupo de voluntarios, niños y mayores, que participan en la pieza aportándole sus propios sueños, miedos e impresiones. No obstante, aunque el componente participativo es una buena premisa, es cierto que a la práctica se denota como un elemento poco orgánico. Los voluntarios no dejan de ser personas que han ensayado apenas unas horas con los actores y eso se nota en la baja interacción y la falta de cohesión. Cabe decir que, en Valencia, la compañía cuenta con personas que participan asiduamente en los talleres que organizan, por lo que la conexión entre actores y voluntarios es más fuerte y probablemente eso influya positivamente en el resultado.
Loo
Espectáculo infantil – que no para todos los públicos- de apenas 30 minutos de duración. Sin palabras, la actriz de la compañía Ponten Pie se mueve por una plataforma de arena recreando con mímica y objetos diferentes escenas marinas. Un espectáculo creado especialmente para los más pequeños –niños de entre 2 y 5 años-, de dramaturgia prácticamente inexistente y belleza relativa.
Viaje nº9
Después de pasar por el mostrador de facturación y de recibir los elementos necesarios para emprender el viaje – a saber, una gorra para no quemarse y una gafas que aumentan la percepción sonora, o lo que es la mismo, impiden ver-, los azafatos de la Compañía de Transportes Acústicos invitan a los espectadores a pasear por distintos pasillos en zigzag -no pienses que porque estén dibujados en el suelo vas a poder saltártelos- y a hacer cola para el embarque. Estás en un aeropuerto a punto de coger un vuelo. La destinación, una isla paradisíaca en la que dejarse llevar por los sentidos. Con mucho humor, la compañía chilena Teatro del Sonido nos invitan a interactuar y a vivir una experiencia diferente. Este viaje está construido simplemente a base de escuchar, tocar e incluso saborear, para después abrir los ojos y darse cuenta del engaño. Si bien dramatúrgicamente puede desarrollarse mucho más, esta se trata de una primera aproximación, casi a nivel de prueba, de lo que puede ser un gran proyecto que implique totalmente al espectador y le lleve a una nueva forma de vivir el teatro.
Limbo
Esta propuesta de las catalanas Les Impuxibles parte de una clara reivindicación. Hombres, mujeres… Pero ante todo personas. ¿Por qué hay que definirse? ¿Por que no se puede ser simplemente uno mismo? ¿Porque no es posible vivir sin etiquetas? Quizá es que el limbo, la falta de definiciones y de previsibilidad nos da demasiado miedo. Pero entonces ¿Quién tiene el verdadero problema? Estas son las dudas que plantea la historia de Albert, antes Berta, en esta performance que combina teatro, danza y canto acompañados por música de piano en directo. Un actor/triz, un/a pianista y dos bailarinxs transmiten, cada uno en su especialidad, los problemas y las inquietudes del colectivo transexual en una sociedad mucho menos tolerante de lo que dice ser. A nivel interpretativo, resultan especialmente interesantes las conversaciones entre el protagonista y su yo femenina, en el que se muestran y se debaten las inseguridades de su fuero interno. Sin embargo, lo que falta al espectáculo es algo más de cohesión entre las escenas de teatro y las de danza, pues aunque las primeras tienen una narrativa bastante lineal, las segundas acaban colándose como trozos independientes. Mención especial pero no positiva para el conjunto de canciones, con melodías parecidas a las de los grandes musicales convencionales que rompen el tono innovador y vanguardista de la pieza.