Claudio Tolcachir, se ha atrevido a dirigir esta obra escrita por el dramaturgo argentino Mario Diament. Una obra que tiene su germen en la historia real de Yulie Cohen y el documental “My Terrorist”. Después de 22 años que fue víctima de un atentado que cambiaría su vida para siempre, decide visitar a su verdugo: Fahad Mihyi, donde quiere encontrar respuestas ¿Por qué de ese atentando? y ¿Por qué ella fue una de las víctimas?.
Una decisión tremendamente difícil debe de ser enfrentarse cara a cara a tu verdugo y más si vas a contra corriente del pensar de todos tus familiares y parientes cercanos que no aprueban tu decisión. Necesidad imperativa que le surge a Yulie de intentar buscar una respuesta donde no la hay. En la gran mayoría de los atentados el paradigma de víctima y verdugo es tan fortuito como fatal.
En esta obra, se intenta buscar una respuesta del por qué se siguen acometiendo estas atrocidades. Escuchar ambas posturas e intentar comprender los razonamientos, es un extenso ejercicio de reflexión a la que nos invita la obra. Ninguna acción violenta está justificada, pero los motivos con que se intenta justificar la acción nos acerca un poco más al lado de los verdugos.
En este caso de Fahad, interpretado por Abdelatif Hwidar, se mete en la piel del terrorista y nos muestra sin recelo alguno sus cicatrices por donde destilan todos sus sentimientos. Mientras que Alicia Borrachero encarna a Yulie Cohen, víctima del atentando de Londres en el 1978, donde su mejor amiga perdió la vida y ella quedó gravemente herida. Son los dos protagonistas principales de la historia, un cara a cara interconectado atemporalmente con el resto del reparto de la obra presente en todo momento en la escena:Tristán Ulloa, Juan Calot, Malena Gutierrez y Hamid Krim
Obra muy recomendable para reflexionar y comprender otras posturas del conflicto entre israelíes y palestinos y así, conocer más sobre su propia historia. Una historia que trata el amor y el dolor. Dos sentimientos tan diferentes que a veces están más unidos de lo que nos creemos.