La respiración es una obra que parte desde las entrañas de su autor. Una pieza imprescindible, de una sensibilidad colosal y verdad apabullante. Por fin llega a Canarias La respiración, que fuera estrenada en Enero del 2016 en el Teatro La Abadía (Madrid).
Alfredo Sanzol (autor, director y letrista de esta maravilla que es La respiración) ya tenía el corazón de MasTeatro conquistado con dramaturgias anteriores como: “Aventura” y “La calma mágica”. Ahora, con ésta, nos ha dejado sin palabras. ¿Qué se puede decir ante semejante desnudez poética y cotidiana?
Tras tantas obras que deciden tratar el eterno tema de las “relaciones amorosas”, después de tantísima frivolidad, de innumerables comedias que han pasado por el Teatro Cuyás para hablar de manera insulsa sobre el amor, ¡aparece Sanzol! ¿Comedia?, sí, y además, con una carga de profundidad que nos deja sin aire. No es necesario comparar esta pieza con nada, sólo que se agradece el talento creativo de este dramaturgo y su capacidad para hablar del ‘vacío’ de una manera tan contundente y veraz.
Todo comienza cuando se alza el telón y vemos la escenografía de Alejandro Andújar (un espacio interior en cualquier lugar, que representa un salón pero evoca múltiples tipos de estancias a lo largo de la representación.) y oímos un pranayama rápido (respiración en yoga) que para, en cuanto entra en la sala Nagore (Nuria Mencía).
Nagore hace un año que se ha separado de su pareja. Tienen una niña en común y tras 15 años de respirar con los ruidos de la casa, se encuentra ahogada en el silencio que esta ruptura ha dejado en lo más profundo de su ser. Sigue sin superarlo, náufraga en su cama, recuerdos que no se van, duelo que no acaba, amigos saturados,….
Pese a todos estos datos, que pintan una de las tragedias más duras por las que puede pasar un ser humano; la capacidad de la actriz, del director y de todo el elenco de generar humor, comedia, risa y carcajada es digna de admiración. Además la incorporación del Yoga a una obra occidental tiene mucho sentido en este caso, y aunque tenga unas pinceladas cómicas, no es nada gratuito, ya que como dicen los yoguis: si tú controlas la respiración, controlarás todas las situaciones de la vida.
Cierto que esta ocasión no contamos con la actriz Gloria Muñoz (que encarnara el papel de Maite, madre de Nagore) y es una pena; sí está Verónica Forqué que aporta mucho talento cómico a la pieza. La actriz Nuria Mencía está verdaderamente soberbia y el resto de actores conforman una puesta en escena perfecta.
Mil gracias desde MasTeatro al equipo técnico y artístico de La respiración porque nos ha hecho vibrar en la butaca.