Año 1938. España lleva dos años sumida en la guerra civil. Ante la necesidad de hombres en el campo de batalla, un grupo de jóvenes menores de edad son reclutados por el bando republicano para ocupar las trincheras y conquistar el Ebro. Después de más de 100 días de lucha en pésimas condiciones, tan solo sobrevivirán unos pocos y traumatizados chavales en una derrota decisiva para el curso de la historia. Su corta edad es la que les hará posteriormente conocidos como la quinta del biberón.
Año 2016. Temporada Alta cumple 25 años y se alía con el Teatre Lliure, también de celebración por su 40 aniversario, en una coproducción. Para la ocasión, el reconocido director Lluís Pasqual coge las riendas de la mitad masculina de la nueva joven Kompanyia Lliure y homenajea con ello a las víctimas de tan trágico momento histórico. El resultado de esta congregación es In Memoriam, un espectáculo-documental en el que 6 actores se ponen en la piel de algunos de esos jóvenes luchadores y nos relatan su paso por el frente y las secuelas que este les dejó.
A nivel documental, el montaje es interesante en cuanto que aporta una perspectiva diferente desde la que ver y entender la guerra. Aquí la historia no se lee desde los despachos sino desde abajo, analizando sus consecuencias más tangibles. La trama parte de casos reales, a partir de un gran trabajo de documentación que incluye entrevistas a los pocos supervivientes que siguen vivos hoy en día.
Por otro lado, a nivel teatral, los actores de un reparto muy coral rompen la 4ª pared y pasan prácticamente toda la obra relatando su historia en lugar de viviéndola. Pasqual opta así por despertarnos de la ficción y recordarnos constantemente la base real de lo que ocurre en ella. Sin embargo, y por paradójico que parezca, este recurso mantenido a lo largo de toda la función dificulta la empatía con los personajes, que al fin y al cabo se presentan a sí mismos como actores, y crea secuencias repetitivas que alargan la historia más de lo necesario.
La puesta en escena cuenta con a penas una estructura de atrezzo que simula las trincheras y una pantalla con proyecciones audiovisuales. Resultan muy interesantes aquellos momentos entre escena y escena en los que se muestran las declaraciones de las caras más conocidas del conflicto en uno y otro bando contrastadas con la realidad de la batalla, aunque de nuevo el recurso se repite demasiado. La música operística en directo añade solemnidad a la pieza, pero lo hace en unos cambios entre escenas no siempre necesarios.
Cuando el montaje llega más es en los pocos momentos de acción en los que se puede ver a unos jóvenes obligados a luchar por algo que ni entienden ni les merece la pena. Son las escenificaciones de los entretenimientos menos trascendentales -como la hora de fumar o las conversaciones con los enemigos de la trinchera opuesta- las que llegan a la verdadera esencia de la función, dejando ver el contraste entre el carácter natural de los personajes, chicos alegres y llenos de vida, y la realidad tan dramática en la que habitan.
Así pues, estamos ante una obra irregular, más racional que emotiva. Un espectáculo que parte de una base muy sólida y una idea potente pero que se realiza con demasiada narrativa y poco movimiento.
In Memoriam. La quinta del biberó.
Escrita y dirigida por Lluís Pasqual.
Interpretada por La Kompanyia: Joan Amargós, Enric Auquer, Quim Àvila, Eduardo Lloveras, Lluís Marquès y Joan Solé.
Hasta el 1 de octubre en el Teatre Municipal de Girona dentro del festival Temporada Alta.
Del 13 de octubre al 14 de noviembre en el Teatre Lliure
1 comment