“Un artista es un creador de cosas bellas. Revelar el arte, ocultando al artista; ese es el verdadero objeto del arte” Oscar Wilde.
Difícil y ardua tarea la mía, al tener que explicar en estas líneas la magnificencia de este montaje teatral.
Si yo les digo que este espectáculo cuenta con una puesta en escena perfecta, donde se nota que el director, Víctor Conde, ha cuidado al detalle la plástica de lo que el público va a ver; una partitura sublime, a la altura de los grandes musicales londinenses; unas proyecciones que te hacen olvidar que estás en el teatro y muchas veces crees estar inmerso en un gran cine y estar viendo la cara más perfecta de la tecnología unida al teatro; un vestuario abundante, llamativo, digno de un musical de estas características, pero aún hay más…luchas de espadas, que requiere un trabajo corporal por parte de los actores importante y hasta un super numerazo de claqué al más puro estilo Broadway, con sus fracs y sus chisteras, ¿no les entran ganas de ir a verlo?
Y por no hablar, del increíble trabajo actoral y de dirección que hay sobre el escenario. Todos y cada uno de los intérpretes brilla y está muy bien en el papel que le ha tocado interpretar, destacando si me lo permiten, la forma de cantar que tiene Marta Ribera (AL Khansa), que para mí siempre será la Liza Minelli española porque canta “desde las tripas”, y eso es un don, porque en cada nota que canta lanza al espectador un poco de su alma; siguiendo por el malísimo Toni Viñals (Jinete Dorado); continuando por la tierna pareja que hacen Miquel Fernández ( Tirad) y la gran Julia Möller (Laura) y por supuesto sin dejar de mencionar Carlos Solano, Leo Rivera y Guido Balzaretti.
No puedo dejar de hacer mención al elenco de bailarines porque realmente BAILAN, sí, con mayúsculas, sudan y se dejan la piel por y para el público con cambios de vestuario que a veces, son en décimas de segundo. Y algo muy, muy especial ha sido ver el caballo representado por una pareja de bailarines que con muchísima elegancia daban cuerpo y forma al preciado equino de esta historia y naturalmente, se llevan una gran ovación en los saludos porque no podría ser de otra manera.
La moraleja de la obra es clara y todo un clásico: perseguir tus sueños hasta tu último aliento, porque soñar es lo que nos hace seguir estando vivos.
La historia, el guión, nos llega de la mano de Ray Loriga pero si he de ser sincero no me atrae nada, la encuentro insulsa y sin conflicto, pero gracias a todo lo ya nombrado se salva y al final parece una especie de viaje con aventuras que se resuelve en los diez últimos minutos de la función.
A pesar de esto, ver representado este musical me hace pensar que Broadway está más cerca de lo que pensamos, exactamente en los Teatros del Canal de Madrid hasta el 6 de enero.
Y recuerden que…el espectáculo debe continuar
¡Arriba el telón!
Teatros del Canal Madrid hasta el 6 de enero de 2013
Director: Victor Conde
Intérpretes: Marta Ribera, Julia Möller, Miquel Fernández, entre otros…