El profesor cuenta que iba en bicicleta cuando vio un ciervo herido en la cuneta. Dice que se paró para intentar socorrerlo pero que él solo no podía hacer gran cosa. Pero lo que más le dolió es que al momento todo de coches pasaron por su lado en aquel caminito y que ninguno se paró aún habiéndolos vistos a los dos. El académico les dice a sus alumnos que lo que él propugna es la reducción, hay que reducir de velocidad para poder pararnos, para ayudarnos, para descubrirnos, para solucionar nuestros problemas, no dejarlos atrás. El profesor en todo momento quiere concienciar sobre la enfermedad que sufre la tierra y promover más el ecologismo. El autor, Nick Payne, nos habla de la sociedad y del caso concreto de una familia con su propio cervatillo. Se trata de Si existeix, encara no ho he trobat quien llevan a escena una nueva compañía, Sixto Paz Produccions y se puede ver en la Sala Beckett hasta el 2 de febrero.
La familia la forman George, el profesor, activista ecológico, quien está terminando un libro sobre la Tierra por el que se desvive; Fiona, una profesora de instituto atareada con sus clases; y Anna, la hija, adolescente, con sobrepeso, quien sufre de bullying en la escuela. El conflicto empieza cuando la hija cansada de las humillaciones ha dado un cabezazo a una compañera que la fastidiaba. Al poco entra en escena el cuarto familiar, Terry, el hermano de George, un trotamundos, un crápula que acelerará los sucesos más dramáticos con su actitud agresiva, buscando la intimidación y la confrontación, pero que establecerá una relación cómplice con la hija.
Nick Payne es un autor inglés, un nuevo dramaturgo a quien des de hace unos años le llueven los elogios en Inglaterra y los encargos más importantes. Y en él se han fijado los miembros de Sixto Paz para dar el pistoletazo de salida en el nuevo mercado teatral. Y lo hacen además de una forma llamativa y atrevida. Este espectáculo funciona por taquilla inversa, es decir primero se reserva la entrada, luego se va, se ve la obra y luego se decide pagar lo que el espectador crea justo. Además con al salir y pagar la entrada te dan derecho de jugar a su propio trivial, un juego de preguntas mediante mails o whatsapp en el que te puede tocar hasta 100 euros en entradas de teatro. Una buena iniciativa para empezar.
Esta compañía cuyo portavoz sería el actor Pau Roca empieza andar con ese texto gracias a la dirección de la cada vez más solicitada Marília Samper y con la interpretación del propio Roca, Carles Gilabert, Montse Germán y Patricia García. La historia es sencilla, sin ningún giro sorprendente, todo sucede dentro de la normalidad dramática de los hechos ocurridos. La familia se desmorona, todo se va a pique hasta que el cervatillo grita, y así poco a poco la familia va reduciendo para reencontrarse y reconocerse. Los actores trabajan bien, y a Pau Roca se le ve especialmente cómodo en el papel de macarra, un bala perdida de lengua suelta y sucia quien logra crear una química especial con la joven actriz Patricia García, con una mirada que despierta todas las dudas y miedos propios de la adolescencia dejando un poso de ternura idóneo para el personaje.
La directora sabe sacar jugo de sus intérpretes así como imagina el espacio junto con la escenógrafa Núria Sanmartí. La Sala Beckett en este caso se muta, transforma el escenario y las gradas y lo montan todo a lo largo en vez de a lo ancho. Los personajes van apareciendo por las puertas del camerino o por dos puertas correderas que descubren la cocina o una pequeña habitación. Pero principalmente el escenario está desnudo, sin grandes decorados, solo un sofá, una cama grande, una mesita y dos taburetes en momentos puntuales. Pero en esta obra el fondo es el de la pared negra de la sala.
De momento, Sixto Paz empieza con buen pie, arriesgando, dando nuevas herramientas para el consumo teatral y con un buen texto, apto para todo el mundo y con cuatro sugerentes interpretaciones.
Si existeix, encara no ho he trobat de Nick Payne.
Dirigida por Marília Samper.
Interpretada por Pau Roca, Carles Gilabert, Montse Germán y Patricia García.
Drama familiar.
En la Sala Beckett hasta el 2 de febrero.