Siempre ando citando a los grandes para sustentar mis palabras y que de esa forma, si caen, lo hagan sobre una red segura que las amortigüe. Sin embargo, esta vez, y con la venia de los grandes, yo, minúsculo autor, haré uso de aquéllas que expresa uno de mis últimos personajes para emparentarlo con este Yoe que Manuel Cañadas nos asoma. Y digo asoma, puesto que lo de ayer se denomina work in progress, algo así como “asómate a mi laboratorio donde ando investigando con mis brazos, con mis piernas, con mis/las sensaciones, con flecos de sonido urbano, con voces/gritos/susurros en off; a media luz y con toda la luz posible, con elementos y sin ellos, para que seas testigo de lo que estoy creando para un futuro, para que seas consciente de lo orgánico, cambiante, sutil que puede llegar a ser la dedicación de un bailarín y su recorrido en zig-zag desde el germen hasta el fruto”.
Pues bien. Eso fue lo que vi y eso fue lo que comprobé. He ahí el estado en el que se encontraba la búsqueda de Cañadas. A la inspiración le acompaña Samuel Beckett -segura red- y en el viaje/danza de una cama a otra (elementos escenográficos) le tiende una mano Juan Lario.
Todo esto no hace más que emplazarnos con éxito a ver el final de su investigación para recoger tal fruto. Estaremos a la espera.
Casi olvido la cita que comenté al principio de esta reseña -que no crítica, pues sólo asistí al germen- de la de uno de mis personajes, ¿recuerdan?, palabras que, a mi modo de ver, subtitularían, si no el alma mater de Cañadas, al menos lo que me transmitió durante 30 minutos. Dice así mi criatura: “…Creo haber cruzado la línea del encantamiento y haber entrado ahora en territorio enemigo (…) Pero qué triste se está aquí, en esta tierra de desencanto…” Y añadiríamos en off, como lo haría Cañadas o Beckett: ¿Verdad, Yoe?
OYE, YOE (SINDROME DE AUSENCIA)
MANUEL CAÑADAS
(Work in progress)
Dramaturgia-dirección: Belén Lario.
Espacio escénico: Perros en danza.
8co80 gestión cultural.
Lugar: Endanza. Espacio vivo. Sevilla.
10 diciembre.