¿Ser madre está mitificado? Con esta pregunta interpelan al espectador los personajes de Mandíbula, la nueva obra que acoge la Sala Labruc de Madrid durante este octubre. La pregunta es solo el preámbulo de un arriesgado proyecto que narra la distancia insalvable entre la manera en cómo nuestra sociedad presenta la maternidad, y en lo que realmente se convierte en muchos casos: dolor, extrañeza con el propio cuerpo y sentimientos contradictorios.
Mandíbulas es la historia personal de una mujer llamada María que ha vivido la maternidad desde su lado más salvaje y descarnado. A través de ella, conocemos a su hermana y a su madre, y con ellas, todo lo que implica las relaciones materno filiales: la mala consciencia por acontecimientos inesperados, la falta de afecto hacia los propios hijos o la naturaleza como una fuerza hostil que impone su propia ley. Y es que la idea más potente con que juega la obra es precisamente la de una naturaleza desgarradora, fuente de sufrimiento y dolor. Ni rastro de la concepción tan en boga a día de hoy de una naturaleza sabia, armónica y complaciente con el ser humano. Esto es solo un tabú, junto al de una deseada maternidad, que en esta propuesta escénica se atreven a desterrar.
La obra es también una interesante performance tanto a nivel visual como de trabajo corporal. Las tres actrices no desaparecen del escenario ni un solo momento y su papel es intenso tanto físico como emocionalmente. Y es que se tocan temas profundos, en los que se desnuda el cuerpo, pero también el alma.
Esta apuesta puede tener sus inconvenientes como que, en algunos momentos, el espectador pierda el hilo de la historia, especialmente en los recién introducidos en este tipo de espectáculos, pero es también un formato innovador que consigue llegar cuando se trata de tocar un tema tan poco convencional y tan poco aceptado socialmente como la falta de amor hacia los de tu propia sangre.
Pese a sus imperfecciones, es una obra inspiradora y sugerente, que calibra con exactitud elementos opuestos como son lo simbólico y lo carnal, lo natural y lo convencional y el amor con el desamor.