La compañía Vaca 35 Teatro en Grupo llega a Barcelona después de pasar por el Temporada Alta recogiendo todos los halagos de la crítica. Presentan ahora tres de sus proyectos entre el off de La Villarroel y la Nau Ivanov, pero precisamente Lo único que necesita una gran actriz, es una gran obra y las ganas de triunfar es el montaje que más les ha popularizado.
Antes de entrar, los 21 espectadores que cabemos en cada función somos cordialmente invitados a un chupito de aguardiente. Después, nos metemos en una pequeña habitación en la que apenas cabemos. Y es ahí donde nos acomodamos para ver a Diana Magallón y Mari Carmen Ruiz, que están inmóviles mirándose la una a la otra. En cuanto empieza la obra, las dos actrices empiezan a moverse y a chillar repentinamente, mientras hacen la colada y ensayan de forma atropellada una escena de Las Criadas de Jean Genet.
Dirigidas por Damián Cervantes, las actrices interpretan a dos humildes chicas que sueñan con ser actrices. Aunque lo parezca, este no es un planteamiento sino la historia entera. Sin sorpresas, sin sucesos, sin que ocurra en sus vidas nada más allá de la rutina diaria. Durante la función vemos como hacen la colada, cómo ensayan, como cenan, como se bañan y como se van a la cama. Fin.
Si bien el programa de mano mexicano nos advierte que no vamos a ver una obra naturalista mediante una frase del pintor David Alfaro Siqueiros (“En ninguna de mis pinturas encontrarás esa objetividad que resulta de un naturalismo o de realismo primitivo. Todo cuanto he hecho revela necesidad de ritmo, de simbolismo y de composición”), lo cierto es que la verdad inunda cada uno de los movimientos de las actrices. Sin apenas palabras más allá del texto que ensayan durante la primera escena, las dos muestran una energía extraordinaria magnificada por la proximidad a la que se encuentran, principalmente cuando discuten por todo y por nada en concreto.
El espacio escénico está muy bien conseguido. Adornado con pocos elementos, nos adentra de pleno en la minúscula casa de estas dos mujeres. Especialmente destacable el juego lumínico que consiguen ellas mismas con una vela tapada con celofán rojo y una pequeña lámpara.
Pero como dos grandes actrices y una escenografía cuidada no lo son todo, la obra se queda en algo insulsa. Los personajes, de los que no llegamos a saber nada más de lo que intuimos, resultan muy lejanos y no permiten que empaticemos con ellos. Son dos mujeres desgraciadas y abandonadas que van a seguir siéndolo. Que sueñan mucho y se mueven poco. Se enfadan y se insultan con un humor basto que poco tiene que aportar, sobretodo viendo que se alarga demasiado. Cada acción y cada escena se lleva a cabo con parsimonia, con un ritmo lento y pesado no apto para todos los públicos.
La obra cuenta muy poco y deja demasiadas incógnitas, cosa que la convierte en un teatro de proximidad muy bien elaborado pero lejano en cuanto a contenido. Una propuesta muy concreta, alejada de los grandes públicos, que tiene que encontrar a la minoría adecuada para ella.
Lo único que necesita una gran actriz, es una gran obra y las ganas de triunfar de Vaca 35 Teatro en Grupo.
Dirigida por Damián Cervantes.
Interpetada por Diana Magallón y Mari Carmen Ruiz.
Drama de proximidad.
Hasta el 29 de octubre en el Off de La Villarroel
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