Después de la investigación y reflexión dramatúrgica sobre Catalunya plasmada en Una historia catalana, Patria y Vilafranca (esta última, aún, sin estreno en la capital catalana), Jordi Casanovas vuelve a territorio conocido: el thriller trufado de humor negro. En la Sala Muntaner representa Idiota, una historia de dos personajes, un hombre arruinado que se presta a un experimento por el cual le darán una cuantiosa cantidad de dinero. Para lograrlo deberá someterse a un cuestionario que la alemana Dra. Edel le irá planteando. A priori todo parece ser muy sencillo, pero, y aunque se vista de un experimento para determinar la respuesta emocional del sujeto, los mecanismos de castigo son crueles, puro sadismo. Pura esencia Casanovas: mala leche, personajes al borde de la explosión, violencia latente y reflexión política.
Los encargados de ejecutar las órdenes del dramaturgo y director son Ramón Madaula y Anna Sahún, seguros y solventes en sus personajes. Ella, una doctora fría, segura y manipuladora; él; burdo, torpe e idiota (lógicamente). La empatía cae por supuesto del lado del idiota, un tipo que bien podríamos ser nosotros mismos o el vecino. Un hombre superado por la crisis y que su estupidez y debilidad la ha incapacitado para hacer algo para solucionarlo. El retrato de éste está dibujado en parte como una caricatura, una tipología de perdedor y por otro lado se nos presenta como un ser humano próximo, de sentimientos encontrados tan simples y básicos como los que día a día tenemos todos. ¿Quién, sin pensarlo fríamente, ha deseado el mal de alguien próximo? ¿Quién no ha ocultado lágrimas de felicidad y de alivio para no mostrarlas en público? ¿Quién no aparenta una cara y esconde otra?
Porque Casanovas pretende que no riamos de este desgraciado que, como todos, no se ha leído bien el contrato que firmaba. Pero también nos hace sentir toda la empatía hacia este hombre, un sujeto escogido después de una prueba de selección, la muestra perfecta para este experimento que se descubre a nivel planetario. La empatía absoluta se revela al final, mediante la reflexión, como una burla a la sociedad española (y griega) y una denuncia, una llamada a la acción. Casanovas nunca rehúye la política y siempre se podrán entender sus obras como historias que reflejan el momento social y político, a veces de manera más estructural y otras veces de forma más circunstancial. No le dirán que Idiota trata del como se ve España en la Unión Europea, pero los títulos de crédito le harán entender la dimensión de la burla del autor.
Idiota de Jordi Casanovas
Dirigida por Jordi Casanovas
Interpretada por Ramón Madaula y Anna Sahún
Thriller negro con pinceladas de humor.
Hasta el 14 de junio en la Sala Muntaner.