TUERTAS QUE DEJAN CIEGOS A TODOS
Érase una vez una dama tuerta y fea que dejaba ciego de amor a todos los hombres de su reino. Su padre, el rey Perico, un anciano un tanto gagá y viciosillo, pero no por ello menos entrañable, pretendía con urgencia conseguirle un pretendiente con el aliciente de otorgarle un descendiente. La funesta dama desabrida, con su semblante espantoso, desairaba a todo aquél que la cortejaba. Mas un día, su malvada prima la traicionó, y en ella celos infundió despertando su amor por el patizambo galán don Gastón. Pero esta transgresión del orden, más que un insulto, resultó ser un favor, porque tal fueron las consecuencias que todos acabaron juntos a pesar de la confusión.
Con este sencillo argumento nos presenta la compañía Teatro del Velador la obra `El rey Perico y la dama tuerta´ de Don Diego Velázquez de Puerco, dramaturgo del siglo XVII. Una comedia burlesca que supone un rescate documental histórico del Teatro Clásico Español. Un género que se basa en el mundo al revés, un mundo donde el sirviente en vez de parangonarse a su amo a la baja, y endulzar sus esperas con encuentros con otras sirvientas, acaba teniendo un afer nada más y nada menos que con el mismísimo rey. Y todo ello, para constituir un lapso de permisividad y descontrol en carnaval, época en la que se representaban la comedia burlesca, oponiéndose así a la represión de la sexualidad y a la severa formalidad litúrgica de la cuaresma. Personajes de aspecto deforme, situaciones ridículas en las que lo jocoso y carnavalesco se dan al unísono para transgredir el decoro y alejarse del honor y de los héroes del Barroco tienen el único fin de hacer reír al público.
Con un trabajo de caracterización basado en lo postizo , un magnífico trabajo postural actoral y bajo la dirección, dramaturgia y adaptación de Juan Dolores Caballero esta obra es mucho más que una obra de archivo, mucho más que un mero ejercicio de arqueología teatral.
Pese a una escenografía anodina e ininteligible, apenas con significado dramático, la puesta en escena de la obra está repleta de complejidad en sus movimientos, bailes y cantes que hacen un guiño a coplas y saetas populares contemporaneizando el carácter popular de las danzas y cantes introducidos en este género. Respecto a ésto, mención especial se merecen , Abel Moral, actor que da vida al personaje de Chisgarabís, el sirviente, y Eduardo Tovar, don Gastón quienes con sus magníficas voces y con un hilarante sentido del ritmo ponían un toque de vodevil a la acción.
Al igual, que pese al trabajo de verso por parte de los actores, que o bien ripiaban o bien prosificaban en la mayoría de ocasiones, el trabajo de personajes por parte de ellos, sobre todo, de los personajes masculinos, se constata como soberbio mostrando pericia en la pantomima y dominio de lo guiñoleso. Una vez más Juan Doleres Caballero, quien lleva años investigando en la creación de nuevos lenguajes escénicos donde el ritmo, el movimiento y la gestualidad constituyen una lingüística corporal grotesca y rocambolesca, nos ofrece un espectáculo singular bajo su denominada “estética de lo bruto” o “poética de lo feo”
`El rey Perico y la dama tuerta» de la compañía Teatro del Velador´
Autor: Don Diego Velázquez de Puerco (S. XVII)
Género: Comedia burlesca
Dirección, dramaturgia y adaptación: Juan Dolores Caballero (El Chino)
Intérpretes: Alfonso Rodríguez, Eva Rubio, Manuel Solano, Abel Moral, Eduardo Tovar y Silvana Navas
Coproducción: Teatro del Velador (Sevilla), La Cantera Producciones (Ciudad Real), Distrito Teatro (Murcia)
Teatro Alameda de Sevilla , 4 de octubre de 2013