“No acepten lo habitual como cosa natural, pues en tiempos de desorden sangriento, de confusión organizada, de arbitrariedad consciente, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer imposible de cambiar.” Bertolt Brecht
Bien podría decirse y estaríamos de acuerdo todos, que la historia de Antígona es atemporal, no entiende de épocas ni de modas y representa la lucha contra la opresión de un ser poderoso hacia una mujer que lucha por sus libertades, por dar voz a sus opiniones y a sus pensamientos. Por otro lado, las más fervientes defensoras del feminismo, podrían interpretar incluso la lucha de un hombre poderoso contra una mujer mucho más joven y rebelde y que se niega a ser sometida. Es decir, el orden de los factores no altera el producto o como dirían otros, tanto monta, monta tanto, porque de lo que realmente no cabe duda, es de que es un canto a la libertad del ser humano.
En esta reciclada versión de Antígona la protagonista (Najwa Nimri) lleva puntas de bailarina y canta “Somewhere over the rainbow”, Creonte (Rubén Ochandiano) come comida china y maneja una fusta como si de su mano derecha se tratase y las diversiones de un escultural Hemón (Sergio Mur), hijo de Creonte, son boxear y jugar con un osito de peluche, pero si pensamos que la estamos viendo y está siendo representada en las naves del Español y que es una propuesta más del gran clásico de Sófocles, pues todo esto, no es nada extraño.
Najwa Nimri, muy correcta, y para ser la primera vez que hace teatro defiende lo que hace con mucha honestidad. Me llevé una grata sorpresa al no encontrarme con la actriz que todo lo medio susurra en el cine y que a veces cuesta incluso entenderla y ví una Antígona llena de fuerza que me acabó convenciendo gratamente.
Absolutamente destacable la moraleja de la historia y el símil que se hace del clásico y el momento histórico-social en el que se encuentra España. Más concretamente con las fuerzas de seguridad que son representadas por un payaso sin escrúpulos ni sentimientos y que únicamente obedece a sus superiores como si de un robot se tratase. Es decir, algo bastante común y cotidiano en nuestros días y esa es la auténtica lección que hay que sacar de esta nueva versión y ese, a mi entender, es el verdadero atractivo del resultado de Ochandiano y Dorrego. No tanto la elección de los actores, sino que nos intentan mostrar como si de un espejo se tratase la sumisión a la que nos vemos sometidos por parte de políticos, corruptos y demás marionetas manejados siempre por los mismos, y si para ello ha de servir recuperar a Sófocles, pues adelante.
Buena puesta en escena y pianista en directo redondean el resultado. ¡Larga vida a los clásicos!
Y recuerden que… el espectáculo siempre debe continuar.
¡Arriba el telón!
Matadero de Madrid. Naves del Español. Desde el 6 de febrero al 17 de marzo de 2013.
Dirección: Carlos Dorrego, Rubén Ochandiano
Actores: Rubén Ochandiano, Najwa nimri, Toni Acosta, Sergio Mur, entre otros…