André y Dorine son una de esas entrañables parejas de ancianos que han convivido juntos y enamorados toda una vida. Un día, Dorine empieza a tener pequeñas confusiones que acaban con el diagnóstico de Alzheimer. El imparable avance de la enfermedad y las diferentes reacciones del hijo y el marido de la protagonista se mezclan con los recuerdos de la pareja, de cómo se conocieron, se enamoraron y se embarcaron en una vida juntos. Les acompañamos a lo largo de la función en sus momentos dulces y en sus momentos amargos, riendo y llorando con ellos.
El espectáculo de la compañía vasca Kulunka Teatro dirigido por Iñaki Rikarte llega a Barcelona después de pasar por 23 países cosechando éxitos. Y no es para menos. Sobre el escenario, Edu Cárcamo, Garbiñe Insausti y José Dault interpretan a un buen número de personajes enfundados en máscaras y sin pronunciar una sola palabra. No hace falta más, pues los diálogos y las expresiones faciales llegan a nuestra mente a través de sus estudiados movimientos. Sin verlos ni oírlos, somos conscientes de ellos y entendemos la historia que nos cuentan, una trama aparentemente sencilla que nos conmueve por la proximidad y la universalidad de su argumento.
Para ello, los actores cambian constantemente de personajes y de máscaras a un ritmo vertiginoso. Las luces y los pequeños cambios de atrezzo ayudan a situarnos en el tiempo y en el espacio, siendo el pequeño y sencillo salón de la casa en la que habita la pareja el espacio donde ocurren las escenas más significativas. En cuanto al sonido, a lo largo de la obra el silencio se alterna con la música y, si bien al principio nos parece extraño o incómodo, termina por atraparnos.
Dicen los científicos que lo que hace que nos gusten las historias de miedo es la tranquilidad que nos deja la vuelta a la realidad, cuando nos damos cuenta de que nada de lo ocurrido afecta a nuestra vida. En este sentido, André y Dorine es una obra mucho más terrorífica que cualquier historia de miedo. Y es que son muchas las personas que verán en las situaciones de los personajes su propio pasado, presente o futuro. La batalla contra la enfermedad es un drama intenso y real con el que, más allá de la lengua o la cultura, todos podemos identificarnos. Sin embargo, y pese a que la obra puede ser emocionalmente dura, el tema es tratado con suma belleza y delicadeza, y la apuesta merece la pena por su originalidad, sutileza y por el maravilloso trabajo expresivo que hay en ella.
André y Dorine de Kulunka Teatro
Dirigido por Iñaki Rikarte.
Con Edu Cárcamo, Garbiñe Insausti y José Dault.
Teatro con máscaras.
Hasta el 19 de setiembre en el Teatre Poliorama.