Caim i Abel. El primer acto nos cuenta la vida de Caïm, el segundo la de Abel. Aquí no son hermanos, sino habitantes de dos países separados por una frontera. Lo que les une es una circunstancia más compleja pero igualmente fortuita que constituye la gran incógnita del drama. Una historia actual, bella y poética, pero de ritmo y narrativa irregulares.
Parece que el autor trata con más cariño a Caïm – Marc Rodríguez-, dedicándole un primer acto lleno de amor y ternura. Su vida, su niñez, su familia y su entorno son ampliamente retratados a través de personajes secundarios que cabalgan entre el humor y la tragedia. Mención especial aquí para Lluís Villanueva y el fascinante personaje del padre, un extraordinario papel honesto, emotivo, divertido y lleno de vida que parece expresamente creado para el actor. También resulta interesante la intervención de Jaume “el cuca”, -metamórfico Jordi Figueras-, el loco del pueblo traumatizado desde pequeño, cuando se convirtió en superviviente de un bombardeado durante la guerra. Los personajes resultan próximos al público gracias a los claros referentes actuales que vemos en ellos, pero también a la delicadeza con la que son tratadas sus historias.
Si en la primera parte abundan los detalles y la ternura, en la segunda la trama es mucho más fría y menos intensa. El segundo acto, más funcional y narrativo, nos habla de Abel –Sergi Torrecillas-, quien huye de su tierra en busca de un mundo mejor. Pero se echa de menos algo más en su historia. El texto insiste poco en las guerras que asolan periódicamente su país, en el viaje que emprende para llegar a un mundo mejor. Aparecen, pero apenas detectamos el miedo, la tristeza y la incertidumbre. El personaje no consigue ganarse la empatía que reciben los secundarios del primer acto.
La compleja trama escrita y dirigida por Marc Artigau cuenta eso sí con una escritura trabajada, llena de metáforas y mensajes poéticos. Si la mayoría de momentos son ágiles y llenos de movimiento, también hay trozos más pausados, en los que el monólogo y la quietud llenan el escenario. Acompaña a este ritmo cambiante una puesta en escena cuidada, con una escenografía sencilla creada por los alumnos de la escuela de diseño ELISAVA. La conjunción de iluminación y proyecciones de video complementa la belleza del montaje.
En definitiva, el nuevo proyecto de La Perla 29 en el que 6 actores interpretan un total de más de 10 personajes sigue con las tradicionales estética y ternura marca de la casa. Sin embargo, pese a pretender tratar la inmigración, la trama se dispersa en otros elementos que la desvían de su rumbo original sin convertirla por ello en una obra menos emotiva.
Caïm i Abel de La Perla 29
Dramatúrgia y dirección de Marc Artigau
Interpretada por Marc Rodríguez, Sergi Torrecillas, Clara de Ramon, Lluis Villanueva, Jordi Figueras y Berta Giraut.
Hasta el 24 de julio en la Biblioteca Nacional de Catalunya.