Es reconocida su trayectoria como saxofonista de jazz y pop (sobre todo como músico de Sting), su faceta de emprendedor está marcada por la creación de numerosas bandas y su propio sello discográfico. Y es que Branford Marsalis no necesita presentación con sus más de treinta años sobre el escenario. El Festival Internacional de Jazz de Canarias se congratula de recibir en su seno a este artistazo y envolverlo en la maravillosa arquitectura del Auditorio Alfredo Kraus.
Branford viene acompañado de su tres músicos habituales: el fantástico Joey Calderazzo al piano, el efervescente Eric Revis al contrabajo y el prodigio de Justin Faulkner a la batería.
Todo comienza con las maravillosas notas salidas de las manos de Calderazzo, le siguen Revis y Faulkner y el último en entrar es Marsalis. El espectáculo está envuelto en un halo de elegancia y Branford está en casi todo momento sentado, dando notas sueltas justo en el preciso momento para ser sentidas. Hasta el tercer tema no cambia el soprano por el saxo tenor.
Está clarísimo que sus músicos están en el top de la interpretación con talento para lo más cañero y para lo más sutil y romántico. El espectador está todo el concierto muy concentrado para no perder detalle, como si de un concierto de cámara se tratase. De todos destacaría la electricidad, la energía, la maravillosa percusión del baterista, que parece que tuviese un juego infinito de platos y hace que el público vibre en la más alta sintonía -y al acabar revise el programa de mano para recordar que se llama Justin Faulkner-.
Para deleite de los visitantes interpretan ‘Check to Check’, y como bis hacen su propia versión del clásico de Cab Calloway de los 30 ‘Minnie the Moocher’.
Sin duda, toda la corriente del mejor Jazz americano, llega hasta las costas canarias con este conciertazo. Nuestras felicitaciones.
